Preparación de la Superficie
Antes de sumergirte en el emocionante mundo del color, la preparación adecuada es clave.
Limpieza y lijado
Comienza limpiando la puerta para eliminar cualquier suciedad, polvo o grasa acumulada. Un detergente suave y un trapo son suficientes. Después, lija la superficie para quitar imperfecciones y garantizar que la pintura se adhiera de manera uniforme.
Protección del Área Circundante
Proteger el entorno es esencial para evitar manchas y salpicaduras no deseadas.
Cinta de pintor y plástico protector
Utiliza cinta de pintor para cubrir las áreas que no deseas pintar, como las bisagras y las manijas. Cubre el suelo con plástico para evitar goteos.